lunes, 23 de marzo de 2015

Articulación del Tobillo II

El anterior post se centró en conocer cuál era la anatomía de una articulación tan compleja como es el tobillo. Las lesiones más comunes que se suelen producir en esta articulación son las fracturas óseas de los huesos implicados y los esguinces de tobillo, que no es más que la rotura parcial o total de los ligamentos del tobillo. El grado del esguince dependerá del tipo de rotura que ha sufrido el ligamento. Serán esguinces de grado I aquellos en los que se produce un estiramiento del ligamento incluso con alguna pequeña microrrotura pero que no compromete la estabilidad de la articulación. Será un esguince de grado II aquellos en que hay ruptura parcial del ligamento y provoca inestabilidad en la articulación, provocando que las funciones del tobillo queden limitadas. Será esguince de grado III aquellos que producen una ruptura total del ligamento limitando por completo la funcionalidad del tobillo, y por lo tanto siendo inestable.
Como expone (Moraes, 2003) en un estudio realizado al 91% de los jugadores de la NBA en un periodo comprendido entre las temporadas 88/92, los jugadores que sufrieron lesiones del miembro inferior fueron de 2130  de los cuales un total de 537 fueron lesiones en el tobillo.
En primer lugar, una vez producida la lesión el primer paso será siempre la aplicación de hielo en la zona afectada que debe durar en torno a las 72h,  y pasadas las 24h un vendaje activo. A su vez,  Debemos ponernos en manos de los profesionales al respecto. Los traumatólogos valorarán la lesión del deportista, y posteriormente los fisioterapeutas  ayudarán a dotar de funcionalidad a la articulación. Una vez pasados estos pasos, nos tendremos que centrar en la rehabilitación de la articulación, tanto a nivel muscular como también a nivel ligamentoso. Para ello, podremos realizar una serie de ejercicios que nos ayudarán a que la recuperación sea lo más pronta posible.
Como bien expone (Hall, 2006) el tobillo desempeña unas funciones fundamentales como son la adaptación a terrenos irregulares, absorber choques, absorber la rotación de la extremidad inferior y aportar una palanca rígida que favorezca una propulsión eficaz. Es por ello que será necesario una rehabilitación motriz adecuada para que el tobillo pueda desempeñar de nuevo dichas funciones sin quedar comprometida. Para ello, los ejercicios que debemos realizar irán encaminados a conseguir un aumento de la fuerza de músculos soporte del tobillo como el peroneo lateral corto y largo, el peroneo anterior, el tibial anterior, el tibial posterior, el soleo y los gemelos.

A continuación expondremos algunos ejercicios esenciales para lograr la recuperación del tobillo afectado. Dichos ejercicios buscarán no solo mejorar la musculatura del tobillo, ligeramente atrofiada si no también favorecer la propiocepción del tobillo, consiguiendo así una mejor respuesta del tobillo ante los estímulos externos.


Bibliografía

Bahr. (2004). Lesiones deportivas; diagnóstico, tratamiento y rehabilitación. Madrid: Panamericana.

Bruno, G. (2014). Anatomia Humana Descriptiva, topográfica y funcional. Madrid: Libertad Digital.

Carrie M. Hall, L. T. (2006). Ejercicio terapeútico, recuperación funcional. Barcelona: Paidotribo.

Chu, D. A. (2006). Ejercicios pliométricos. Madrid: Paidotribo.

García Soidán, J. y. (2003). Análisis de las lesiones más frecuentes en pruebas de velocidad, medio fondo y fondo. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, vol. 3, 260-270.

Lloret, M. (2002). 1020 Ejercicios y actividades de readaptación motriz. Madrid: Paidotribo.

Menezes, P. J. (20 de Marzo de 15). EFdeportes. Obtenido de EFDeportes: www.efdeportes.com

Neumann, D. A. (2010). Fundamentos de rehabilitación física. Madrid: Paidotribo.

Saladin, K. S. (2012). Anatomía y fisiología. Madrid: Mc Graw Hill.

Tribastone, F. (2000). Compendio de gimnasia correctiva. Barcelona: Paidotribo.

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