A lo largo de los
últimos años se está comenzado a utilizar el entrenamiento con superficies
inestables no solo como una forma de recuperación y rehabilitación de lesiones,
sino también como una forma de mejorar la condición física relacionada con la
salud y con el rendimiento. Se entiende como entrenamiento inestable aquel que trata de mejorar la calidad de vida a través
del desarrollo de la fuerza, resistencia, flexibilidad, velocidad y coordinación
añadiendo la dificultad que posee el sujeto para mantener el ejercicio.
La actividad física
sobre superficies inestables supone la activación de no solo la musculatura del
Core, sino también de la musculatura agonista y sinergista de la porción corporal
que esté sufriendo la inestabilidad.
¿Cómo se produce
la activación muscular debido a las superficies inestables?
Los receptores
neurales que encontramos tanto en la musculatura, en los tendones y en las
articulaciones son los principales responsables de esta activación muscular. Dichos
receptores reciben las situaciones inestables enviando un mensaje al sistema
nervioso central que enviará señales para activar la musculatura necesaria para
poder mantener la situación de equilibrio corporal. Dichos receptores son:
Órgano tendinoso de Golgi. Situado en los
tendones musculares se encargan de recibir la información de tensión del
musculo en cuestión sobre el tendón.
Husos musculares. Situados en el vientre
muscular, se encarga de conocer el grado de tensión y estiramiento del musculo.
Receptores articulares de Ruffini. Se encargan
de recibir la información de las modificaciones de posición de las
articulaciones.
¿Qué instrumentos
podremos usar para trabajar en superficies inestables?
¿Qué beneficios
podemos obtener con el entrenamiento con superficies inestables?
La situación inestable
provoca una activación mayor del Core frente a ejercicios en situaciones
estables. Esto supone una mejora del Core que nos ayudara a prevenir lesiones
de espalda y dolores lumbares.
Reduce el % de
lesiones deportivas.
A su vez,
favorece la rehabilitación deportiva de lesiones.
Se produce una
mayor activación de la musculatura estabilizadora.
Se mejora el
equilibrio.
Bibliografia
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