La mayoría de las lesiones que son atribuidas a
la práctica deportiva, son en realidad la consecuencia de la repetición de
prácticas inadecuadas. La lesión deportiva puede resultar de dos circunstancias:
En la primera, hay un hecho traumático, ya sea
un objeto o el mismo cuerpo humano que hace de objeto por la velocidad que
desarrolla, chocando con otro cuerpo, con el suelo o con otro objeto. Esa es la
llamada lesión aguda, accidental, donde la colisión o el choque vence la
resistencia de los tejidos. A pesar de que los tejidos estén adaptados a ese
esfuerzo, la lesión es mucho mayor por la velocidad desarrollada hasta el
impacto.
En la segunda, la lesión deportiva crónica es
la que tiene lugar por la repetición de actividad deportiva que, sumada en el
tiempo, va produciendo en un organismo un microtraumatismo, que llega a vencer la
resistencia del tejido como si fuera el gran impacto del choque de la lesión
aguda. La correcta denominación de este daño es "lesión por sobrecarga",
porque la carga de trabajo fue mayor a la que es capaz de soportar un
tejido determinado, llámese tendón, ligamento o músculo, componentes todos
ellos del aparato locomotor.
Las lesiones deportivas mas comunes entre los
deportistas son:
-
Heridas: Es la lesión de origen traumático, en la que
existe pérdida de la continuidad de uno o más tejidos. Podrán ser:
o
Cortantes.
o
Abrasivas.
o
Punzantes.
o
Contundentes.
-
Contusiones. Patología traumática-inflamatoria más
frecuente en las actividades deportivas. Las consecuencias de la contusión
dependerán del sitio donde se recibió y la intensidad del traumatismo. Su
manifestación es a través de dolor, rubor, calor y/o tumor, todos estos datos
del proceso inflamatorio.
-
Distensión. Es la lesión microscópica del músculo, que
se produce al sobrepasarlos límites normales de la elasticidad, produciéndose
un estiramiento de las fibras sin que exista un daño anatómico ni ruptura de
las mismas, por examen clínico no es demostrable una solución de continuidad del
músculo.
-
Contractura. Son contracciones musculares dolorosas,
de corta duración e involuntarias, causadas por isquemia (irrigación
insuficiente del músculo), contusión, desequilibrio hidro-electrolítico,
sobrecarga de trabajo muscular, uso de accesorios elásticos o utilización de
vendajes muy ajustados.
-
Desgarro. Ruptura macroscópica y parcial de un
músculo, en el cual si se muestra solución de continuidad, se considera como
lesión grave, ya que puede haber ruptura extensa de fibras musculares.
-
Esguinces. Los esguinces (torceduras) son lesiones que
se producen cuando existe un movimiento forzado de la articulación, más allá de
sus límites normales, van desde la distención hasta ruptura de un ligamento.
Los esguinces se
dividen según la intensidad de la lesión en:
o
Grado 1.- Elongación (las fibras solamente se estiran)
o
Grado 2.- Ruptura parcial (algunas fibras de los
ligamentos se rompen)
o
Grado 3.- Ruptura total (todas las fibras se afectan)
-
Luxación. Una articulación está luxada cuando existe
la pérdida de la relación normal de las caras articulares, es decir, existe
desplazamiento de los huesos fuera de la articulación.
-
Fractura. Es la pérdida de la continuidad ósea, y se
distinguen dos tipos
principales de
fracturas:
o
1. Fractura cerrada, es aquella en la cual la piel
permanece intacta, si este tipo de fractura se maneja de forma inadecuada,
puede agravarse peligrosamente transformándose en abierta o complicada.
o
2. Fractura abierta, en esta lesión una herida en la
piel pone en comunicación el foco de la fractura con el exterior. Este tipo de
fractura es grave por el riesgo de infección, exigiendo cuidados especiales.
o
3. Se habla de una fractura complicada cuando los
fragmentos cortantes del hueso roto han dañado algún órgano (vasos sanguíneos,
nervios, pulmones, médula espinal). Esta clase de fractura puede darse tanto en
uno como en otro de los dos casos citados.
Si se produce una lesión, las pautas a seguir
para evitar que pueda ir a mas son:
-
Hielo. Para ralentizar el metabolismo de los tejidos
del área afectada.
-
Compresión. La diseminación de los fluidos que se
acumulan como resultado de la hinchazón y las hemorragias puede disminuirse
mediante la compresión.
-
Elevación. Es aconsejable mantener la parte de su
cuerpo lesionada elevada y bien sujeta para que los fluidos producidos por la
hinchazón y las hemorragias puedan drenar bien.
-
Reposo. No se puede eliminar una lesión sin reposo.
Aunque el dolor desaparezca, el daño en el tejido persiste. Debe reposar un
mínimo de 24 a 48 horas.
Las formas más frecuentes de producirse una
lesión son:
-
Calentamiento previo insuficiente.
-
Calentamiento posterior insuficiente. No hacer
estiramientos antes y después del ejercicio.
-
Sobreentrenamiento.
-
Falta de reposo.
-
Calzado incorrecto.
-
Equipo inadecuado.
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